En ocasiones la hora de comer se convierte en una "batalla campal" con nuestros hijos, a los que no conseguimos sentar a la mesa.
Es el momento de estar quieto durante un rato y comer lo que ponga mamá en el plato, y no siempre les apetece. La clave está en conseguir que nuestro pequeño vea la hora de la comida como un momento relajado en que podremos charlar con papá y mamá mientras comemos. Ellos tienen que percibir que puede ser un momento agradable y divertido, aunque no puedan levantarse durante un rato de la silla.
Os damos algunos consejos que os ayudarán a asentar las bases para comer todos juntos en un ambiente de paz familiar. Estas claves os servirán especialmente si vuestro hijo tiene entre 0 y 4 años.
1. COMENZAR UNA CONVERSACIÓN A LA HORA DE LA COMIDA
¿Por qué no convertir la hora de la comida en un momento íntimo donde contarse todo lo que ha sucedido en el día?
Que os cuenten todas las cosas increíbles que han visto en el día, lo que han aprendido en clase, lo que ha hecho aquel compañero suyo del cole... Contadle también vosotros cómo ha sido vuestro día. Esa complicidad os encantará a ambos.
2. NEGOCIAR CON NUESTROS HIJOS A LA MESA
Más que pretender que nuestro hijo se coma todo su brócoli, diversos psicólogos infantiles recomiendan establecer un trato con el niño: si comes tres cucharadas, entonces puedes levantarte de la mesa.
Con esta técnica de negociación, daremos al niño un poco de control sobre sus circunstancias.
3. PRACTICAD EL ARTE DE LA DISTRACCIÓN A LA HORA DE COMER
Cuando el niño esté perdiendo el interés en comer, debemos aprender a redirigir su atención. ¿Qué tal si inventamos una historia?
Para ello, podemos hacer uso de nuestra imaginación para captar su atención, o ayudarnos de algún cuento. Hay libros para niños especializados en la hora de comer para que se entretengan con cuentos que les hablarán de aquello que están comiendo.
4. DAR EJEMPLO EN LA MESA
Los niños se distraen con facilidad. Además, imitan lo que hacemos y suelen querer hacer aquello que observan en los demás.
Por lo tanto, debemos evitar llamar su atención fuera de la mesa. Imaginad esta situación: Todos estamos sentados en la mesa cuando papá se levanta para traer una fuente de la cocina. "Si papá se puede levantar ¿por qué no yo?", se preguntará el niño. Tratad de tener todo en la mesa a la hora de la cena y darle ejemplo. Hará aquello que vea hacer.
5. PERMITIR QUE SE LLEVEN UN JUGUETE A LA MESA
Para los niños, el sólo hecho de sentarse a la mesa va contra su naturaleza. Para que se sienta más cómodo, puede resultar de gran ayuda dejarle jugar con cucharas, trenes, ositos de peluche o cualquier juguete que aprecie.
Tener un compañero a la mesa naturalizará el momento de sentarse a la mesa a comer.
6. UNA CANCIÓN PUEDE SER LA ALARMA DE LA HORA DE LA COMIDA
El momento de transición en que todos dejamos lo que estamos haciendo y nos reunimos alrededor de la mesa, debe ser un llamamiento agradable para toda la familia.
¿Qué tal si cantamos una canción para llamar a todos a la mesa? Es una forma tranquila de comenzar a cenar. Cantar la misma canción les resultará divertido: será vuestra canción y siempre la recordaréis.
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